Halloween de verdad!

Por fin, después de tantos años y años queriendo hacerlo, por fin lo hice. Me eché la manta a la cabeza, convencí a mi maridito (que sigue pensando que estoy un poco zumbada (pero por eso me quiere!)), hablé con los profes del cole de los peques para confirmar que no iban a tener problemas después y nos cogimos un avión (o mas bien unos cuantos!) para irnos a pasar Halloween como Dios manda, es decir en su «casa», en EEUU.

Tengo la suerte de tener una «familia americana». Estuve de intercambio un verano hace muchiiiisimos años (mas de los que quiero contar) y desde entonces, un año ellos, un año nosotros, hemos estado visitándonos, siempre en contacto, y mucho más ahora que hemos madurado y mi «hermana americana» y yo tenemos niños de una edad parecida.

Así que, cuando en uno de mis viajes de trabajo a NY este año me hice una escapada a verles y bromeamos con el tema de Halloween y lo bien que se lo pasarían los niños viendo como se vive realmente allí, ví una ventanita abierta y empecé a planificarlo.

El viaje de ida fue un poco desastre (como la mayoría de mis viajes). El día antes de salir, me enviaron un mensaje de Air France para decirme que nos habían retrasado el vuelo de Paris-Detroit, con lo que perdíamos el vuelo Detroit-Charlotte y teníamos que dormir en Detroit, así que me pasé un «buen» rato por la noche hablando con Air France. Pero lo peor fue que por la mañana 1 hora antes de salir al aeropuerto me llegó otro mensaje diciendo que nos habían cambiado el vuelo de Detroit-Charlotte de la mañana del día siguiente… pero a los niños no!!! Claro, eso es imposible porque los niños no pueden viajar solos, pero solo conseguir arreglar eso…. me llevó 30min en cada puerta de embarque pidiendo por favor que me revisaran los siguientes vuelos porque pensaba que podían estaba mal… y en cada uno de los casos así era! aunque lo hubiesen «arreglado» en el paso anterior.

Por fin llegamos a Charlotte despues de 24 hora viajando con los pequeños monstruitos, que a decir verdad, se portaron mucho mejor de lo esperado, pero claro, viajar con una pantalla de video delante con pelis y videojuegos ayuda!

El primer contacto con Halloween fue al llegar (el día anterior al «evento»), cuando mis «sobrinos» americanos sacaron el baúl de los disfraces para que eligieran lo que se iban a poner al día siguiente. Una diferencia con el Halloween de aquí: allí los niños se disfrazan de cualquier cosa menos de monstruos. Así que después de que Jon se probara unos cuantos disfraces, acabó con uno de Transformers, ni tan mal… y Alex el primero que pilló, una falda de tul morada, una peluca de pelo largo pelirroja y un sombrero, el niño más feliz y mas guapo del mundo…. (yo pillé el de bruja mala…)

Después tocó el tema calabazas, cada uno la suya (con ayuda claro, que están durísimas), pero quedaron superchulas. Luego con las pepitas de las calabazas, se lavan, se secan, y se frotan con mantequilla, se ponen en el horno, se les echa sal por encima y se tuestan, y están….yummy yummy!!!!!

El día de Halloween fue de preparación al evento, comida para la fiesta, disfraces, chuches para los que vendrían a pedir a la puerta… aunque primero salimos de compritas un poco, los niños ya en principio «vestidos», Jon con un disfraz que encontró de astronauta, pero de verdad, de los de la NASA, estaba perfecto! y Alex… bueno, encontró una falda de tul roja y una peluca rubia de pelo largo y así salió la mar de contento aunque intentamos que eligiera otro disfraz…

Mi marido se negó en rotundo que saliera a hacer «truco o trato» vestido así (que esto queda para la posteridad en los videos y en las fotos!) así que nos fuimos a un centro comercial a intentar que el niño «eligiera» otro disfraz, y bueeeeno después de ver todos los disfraces del mundo eligió (sin ninguna presión paterna) el de Capitán América, y allí se fueron los dos ya preparados para la aventura….