Bilboflat

Bueno bueno bueno….. esta entrada es muy especial porque aqui os presento mi nuevo proyecto…. «Bilboflat».

Los que me conoceis ya sabeis que llevo con este proyecto personal en mente desde hace muuuchos años, y lo he pensado, repensado, y vuelto a pensar. Hice una prueba con un piso ficticio-pagina web ficticia y le hice un seguimiento de 1 año… y estaba convencidisima de que funcionaría bien.

Soy una firme defensora de tirarse a la piscina y emprender, sobre todo cuando es algo se podria haber hecho pero no se hizo por miedo a que saliera mal y SOBRE TODO cuando es algo que siempre se ha querido hacer y nunca se encuentra el momento.

El momento nunca va a ser bueno, nunca. Si no ya lo habriamos hecho, y por eso no todo el mundo es emprendedor y se atreve a abrir su propio negocio. Muchas veces son las circunstancias las que hacen emprendedores, quedarse en paro y no encontrar nada de lo tuyo, un cambio de situacion familiar, o en mi caso, una situación mucho menos transcendente… una inundación.

A principios del año pasado tuvimos una inundación en el piso en el que mi marido tenía la consulta de Fisioterapia y Podologia, se nos hizo una balsa enorme debajo de todo el parqué, y se levantó toda la madera del piso, algunos armarios, la pintura…. un desastre vamos. Aunque mi marido aguantó todo lo posible allí trabajando en precarias condiciones, cuando empezamos la obra (compensada por la indemnización del seguro), le dije que eso había sido una «señal» y que como él había empezado también con otro «Proyecto personal» (del que también hablaré mas adelante) cuando acabasemos la obra ya no volvía a abrir la consulta y el piso lo iba a usar yo.

Así que toda la reforma y decoración con muebles y complementos del piso la hice (como no) con mi amiga Blanca Luango, que es mi «angel de la guarda» en cuanto a estilo se refiere y sé que lo que hace va a quedar como yo me lo he imaginado.

Así que allí nos pusimos manos a la obra (nunca mejor dicho), empezamos la obra en Septiembre-Octubre (después de que secara todo) y para Navidades ya pude abrir oficialmente Bilboflat.

El piso es un piso de alquiler a corto plazo para turistas con 3 habitaciones y capacidad de hasta 10 personas. Después de mirar mucho, vi que en Bilbao hay bastantes pisos de alquiler de este tipo pero que muchos o casi todos son hasta 5-6 personas, y de 8 a 10 personas hay poquísimos, así que aunque (obviamente) implica mucho más trabajo de mantenimiento y limpieza, decidí ponerlo a punto para el máximo de ocupación.

La inversión es mucho mayor claro está que para un piso pequeño, porque hay que tener de todo por duplicado y a veces triplicado para 10 huéspedes, y hay que pensar en muchas mas cosas de las que parece, pero ya llevaba mucho tiempo pensando y tenia claro como queria hacerlo.

Y muchos pensaran «Pues vaya, tanto rollo para esto», pero realmente con el tipo de trabajo que tengo, para mí ha sido un gran logro personal preparar y poder por fin lanzar este negocio y no solo abrirlo sino conseguir que funcione (que os aseguro que está funcionando estupendamente!).

Obviamente tengo el apoyo y ayuda de mi marido para cuando yo no doy más de mí o estoy de viaje (aunque intento tirar de el lo menos posible) y de mi chica que me lleva la preparación y limpieza del piso después de la salida de los huéspedes, si no, no podría hacerlo ya que una de las premisas era no tener que pedir ayuda al resto de la familia (que bastante hacen ya, y doy todos los dias gracias por ello, y ojala que puedan y quieran seguir disfrutando de los peques y los peques de ellos, pero sin que sea una responsabilidad, que para eso tengo a la chica)

Tambien seguro que hay gente que piensa que no es el mejor momento para abrir este tipo de piso de alquiler ya que están empezando a perseguirlo, pero como he hecho todo segun la legalidad y fiscalidad local, dandome de alta en alquileres, haciendo factura por los ingresos y declarandolos y pagando impuestos, no deberia tener problema.

Sin mas, os presento «Bilboflat» para que lo recomendeis a quien querais, estarán cómodos, a gusto, y con una anfitriona impresionante (y modesta, sobre todo modesta!).